Las células madre, residen en el cuerpo en lugares estratégicos, conocido como nicho, donde pueden sensar si un tejido en otro lugar cercano ha sido dañado, así pueden producir factores tróficos o moléculas señalizadoras que permiten una correcta reparación en el sitio afectado, lo que se conoce como potencial de regeneración. Por ello, diversas investigaciones se han abocado al uso de las células madres en diversas patologías, sin embargo una vez inyectadas intravenosamente, la gran mayoría de ellas terminan atrapadas en los pulmones, por lo que sólo el 1.5% – 3,7% se distribuyen por todo el cuerpo y con ello no se aprovecha todo su potencial para ejercer su correcta función. Objetivamente, nuestra investigación ha ido de la mano con una aplicación segura, que sabemos no presenta riesgo alguno, ya que hemos sido capaces de identificar y almacenar establemente las moléculas secretadas por las células, manteniendo sus propiedades regeneradoras en un ambiente estéril y con ello tener una ventaja al ser un tratamiento para la regeneración en el sitio afectado que no presenta efectos adversos comprobados. Años de investigación avalan nuestros auspiciosos resultados.